viernes, 8 de marzo de 2013

Yoga, respiración y asma - 1



Extracto de un libro titulado "Chi Kung avanzado, inversión en salud" de Dr. Marc Boillat de Corgamont.

LA RESPIRACIÓN

Cuando nos disponemos a profundizar, las cosas se complican y el tema de la respiración deja de ser tan sencillo como parece.

La función respiratoria sigue siendo algo misteriosa para la mayoría de la gente, incluso para los médicos, que se limitan a detalladas descripciones mecánicas del proceso respiratorio.  El escaso interés que la respiración a atraído por parte de los fisiólogos, contrariamente a la alimentación y a la función digestiva, empieza actualmente a cambiar de rumbo, atrayendo estudios cada vez más detallados.  Para ejemplificar diremos que el chi kung, estudios científicos a la mano, es beneficioso en el caso de asma.  Sin embargo, muy pocos son los médicos que lo saben y que enseñan a sus pacientes como respirar.  Sencillamente, no lo saben hacer. Esto se debe a que la medicina occidental ha siempre considerado a la respiración como algo natural, que el cuerpo sabe auto-regular.

En el campo de la alimentación se han producido ingentes investigaciones hasta formar una rama científica especifica. Los especialistas aconsejan sobre qué comer, como, cuanto, y hasta se diferencia la alimentación adecuada según el tipo de persona, su actividad, necesidades y trastornos.  Está reconocido que una mala alimentación está en nexo causal con muchas enfermedades.  Lo mismo se puede decir para la ingesta de líquidos. La deshidratación, sobre todo en las personas mayores, y sus efectos negativos son bien conocidos por la ciencia.

En cambio la respiración, por la sencillez de su mecanismo y de los ingredientes de los que se sirve, el aire, no ha despertado el interés que merece, excepto las acostumbradas descripciones del proceso fisiológico y de la anatomía del aparato respiratorio.

Sin comer se puede estar hasta meses; sin beber tan sólo pocos días; pero sin resprirar no se puede aguantar más que pocos minutos.  De ahí el indicio de su enerome valor no sólo para la vida inmediata, sino también en cuanto al funcionamiento óptimo de todas las otras fuciones orgánicas.

La fisiología se funda casi únicamente en números, volúmenes pulmonares, músculos implicados en la inspiración y en la espiración, centros de control de la respiración en la médula alargada, y mecanismo fisiológicos varios, sin que se implique en cómo intervenir y  modificar a mejor la función respiratoria en beneficio de la salud, ni en cómo esta función incida sobre la salud general más allá de su tarea de aportar oxígeno a la sangre.

Hay muchos tipos de ejercicios de respiración: torácicas, abdominal, tubular, acoplada a movimientos mirados de estiramiento o expansión, sonoras, silenciosas, por la boca o la nariz..., y está científicamente comprobado que la “terapia respiratoria” ayuda a desechar junto con el aire, toxinas, elementos y microorganismos patógenos, y a movilizar los factores inflamatorios (mucosidad, células muertas y restos de bacerias, fluidos...)

Para orientarse bien en este inmenso universo se debe comprender que una cosa es el ejercicio respiratorio mirado a una mejora de la función fisiológica y a sus efectos derivados ( corrección de los defectos, prevención, terapéutica), otro el empleo de la respiración como vehículo de conducción del chi.  Pero, en la práctica avanzada, estos dos ámbitos no pueden ir desunidos; función fisiológica correcta y conducción óptima del chi son aspectos que se retroalimentan.  De ahí la gran variedad de tipos de ejercicios y la necesidad de conocer los mecanismos respiratorios.  Continuará

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